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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Viaje en barco a Helsinki


Del 23 al 25 de Septiembre hice el mejor viaje de mi vida (ala!). Ir en barco a la capital de Finlandia, Helsinki.
Por 413 SEK (unos 45 €) teníamos bus i/v a Estocolmo y barco i/v a Helsinki. ¡Ofertón! Así que allí fuímos, 9 franceses, un suizo, un alemán, un italiano... y yo!
Tras prepararme 13 sandwiches (la comida en el barco debía ser caviar recién pescado con esos precios...) fuimos a la estación de buses. Allí nos esperaba un bus de dos plantas. Tuvimos la suerte de coger una mesa y todo el trayecto (3 horas y media!) nos lo pasamos jugando a las cartas... y con paisajes como el de la primera foto.

Llegamos a Estocolmo una hora y media antes de la salida del barco... así que pudimos darnos un paseíto por la bahía y ver el casco antiguo... de lejos. Aún así, aperitivo para cuando vaya en serio a ver la ciudad!


Por fin era la hora de subir a bordo. Este era el animalito que nos iba a llevar durante 15 horas a lo largo del Mar Báltico dirección Helsinki. Nosotros teníamos tickets para última clase (algo así como Di Caprio en Titanic, junto a la maquinaria en la última planta). Además de las cabinas el barco estaba equipado con restaurantes, bares, casino, discoteca, sala de conciertos, karaoke y tienda Duty Free. Aunque lo mejor estaba arriba, en la azotea, donde vimos esta maravillosa puesta de sol:



Tras tener fiesta a bordo (cabin party!) y madrugar casi para nada para ver el amanecer (estaba nublado) llegamos a las 10 AM a Helsinki. Teníamos 7 horas para visitar la ciudad, algo que a priori nos parecía escaso...

Lo primero que hicimos fue ir a la oficina de turismo para agenciarnos un mapa. Ya nada podía pararnos, teníamos un mapa!! Así que nos dedicamos a seguir las flechitas de ruta recomendada para ver lo más destacable del casco antiguo. Lo cual era, básicamente, iglesias y catedrales. Muy bonitas, eso sí! por fuera, claro... No hay mucho que contar, así que pondré fotos directamente:

Catedral de Helsinki... y un colgado saltando


Catedral Ortodoxa de Uspensiki





Vista desde el lago de la ciudad



Iglesia sepultada bajo tierra



Con Helsinki de fondo



Iglesia-torre bastante alta (que técnico!!)



Al final nos sobró una hora de las 7 que teníamos... y de vuelta a casa, otras 15 horas viendo de nuevo el atardecer y a la discoteca de nuevo!



Con Guy, y de fondo el sol poniendose:



Gracias por leer hasta el final!! Próxima parada... Riga!

domingo, 4 de septiembre de 2011

Visita relámpago a Göteborg


Totalmente improvisado, de un día para otro ponemos en marcha un viaje obligatorio si estás en Suecia. Göteborg, o en español, Gotemburgo. Es la segunda ciudad más poblada de Suecia, detrás de Estocolmo. Kristin, Peter, Guy y yo. De nuevo todos germano-parlantes, debería coger los apuntes de alemán para refrescar la memoria...

Desde Linköping hay 3 horas hasta Göteborg, 300 km que empezamos a hacer a las 8 de la mañana. Kristin conduciendo y yo de copiloto nos los hicimos enteros mientras los otros dos dormían atrás.

Prácticamente hicimos un viaje de costa a costa, bordeando el lago Vättern. Los paisajes suecos son muy diferentes a los del centro de España... bosque, bosque, bosque, lago, lago, bosque, bosque... Una maravilla!

Una vez llegamos a Göteborg nos damos un paseito por la bahía disfrutando de sus impresionantes barcos para ir a comer poco después (eran las 12, horario europeo!). Tras el almuerzo buscamos donde comprar el abono 24h de transporte que te da acceso a todos los medios públicos... ¡lo gracioso es que consideran el barco como transporte público! Así que nos cogimos el tranvía (Viena... *.*) tras ver el casco antiguo y nos dirigimos a la costa. Allí estaba un barco esperandonos (bueno, igual esperamos nosotros 20 minutos... pero no importa!) para llevarnos a la isla más lejana que encontramos en el mapa.

La isla estaba poblada y no sería mucho más que un pueblo de Badajoz si no estuviera rodeada de agua... Nos fuimos al punto más alto para disfrutar de unas geniales vistas. Por desgracia el tiempo del parquímetro iba en nuestra contra así que teníamos que coger el siguiente barco para no llevarnos una multa graciosa. Cosas de la vida, nos dicen que el barco está lleno y que ya vendrá otro en 40 minutos. Pánico en la isla.


Por suerte el siguiente barco (45 mins después) no haría paradas en otras islas y nos llevó directo a Göteborg. ¡Nos libramos de la multa y final feliz! La idea era pasar la noche tal vez, pero al final nos volvimos a Linköping. De nuevo 3 horas, aunque esta vez todos despiertos y conduciendo Peter. ¡Que útil es un coche en Suecia!

jueves, 1 de septiembre de 2011

Lost in the baltic sea


Este martes hice la última excursión antes de ir a clase. Como viene siendo costumbre, la tripulación en el coche eran 3 alemanes, una austriaca y yo.

La intención era ir a la costa este de Suecia y ver el mar Báltico. Para empezar fuimos a Söderköping, el pueblo que da nombre a todo ese área costera. Día oscuro, lluvia constante (no paró en todo el día.. hasta que llegamos a casa, para variar). Así que poco que hacer, estaba totalmente desierto.

¿Interesante en el pueblo? La iglesia por fuera, sin duda la que más me ha gustado hasta el momento. Bastante oscura, parece sacada de una peli de Tim Burton.
También había en una de las plazas del pueblo un restaurante muy curioso...

Nos subimos a la pequeña montaña que bordea el pueblo donde había un pequeño mirador. Las vistas no eran muy allá, pero siempre está curioso ver la zona desde arriba!

Una vez visto el pueblo cogimos el coche dirección Tyrislöt. No sabría como llamar a esta zona porque ni había casas ni nada alrededor... solo un embarcadero. Ahora sí estabamos en plena costa. (La A en el mapita)

Tras ver un poco el mar y desilusionarnos porque la época de barcos había finalizado volvíamos atrás hasta que vimos una caseta donde se alquilaban barcas a motor. Así que por 10 euros cada uno teníamos 3 horas para inspeccionar el mar Báltico a fondo. Mi segunda vez navegando y la primera con una barca a motor.

Después de unos 40 minutos en el mar decidimos inspeccionar un islote de tantos que había en la zona. Aparcamos la barca con maña y nos adentramos en la flora. Poco que ver en la isla (que nos ibamos a esperar...) así que tres de nosotros nos remangamos los vaqueros y con cuidadito fuimos a otro montón de rocas separado del islote para luego pegarnos un chapuzón a unos 10ºC... muy reconfortante!

La vuelta al embarcadero fue algo complicada... porque nos perdimos. Que te esperas de un lugar rodeado de islotes y agua, todo igual. Las llamadas a la centralita eran en vano, no sabían como ayudarnos (para que pones el número en la barca entonces...). Hasta que por fin apareció un barco en medio de la tormenta (porque nos seguía lloviendo) y nos dijo que era para el otro lado. De seguir nuestro instinto habríamos acabado en Finlandia. Y después de dar más y más vueltas conseguimos encontrar la caseta de las barcas... justo a tiempo!

Vuelta a casa tiritando, con la mejor ducha en años y esperando a un catarro que aún no ha llegado. ¡Fantástico viaje!




Y por último si habéis llegado después de este ladrillaco al final... vídeo a bordo :)